sábado, 22 de marzo de 2014

Cuento motor "Las habichuelas mágicas" de Hans Christian Andersen

CUENTO MOTOR EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR: “LAS HABICHUELAS MÁGICAS” DEL AUTOR: HANS CHRISTIAN ANDERSEN

Periquín vivía con su madre viuda en una cabaña en el bosque. Era una familia muy pobre, que se dedicaban a la agricultura y vino una gran sequía que empeoró su situación. La madre decidió entonces mandar a Periquín a la ciudad para que allí intentase vender la única vaca que tenían. Por el camino el niño se puso en camino se encontró con un hombre que llevaba un saquito de habichuelas.

   -Son maravillosas (explicó el hombre). Si te gustan, te las daré a cambio de la vaca.

Periquín aceptó y volvió muy contento a su casa con las habichuelas. Pero la viuda, disgustada al ver la necedad del muchacho, cogió las habichuelas y las tiró a la calle por la ventana. Después comenzó a llorar y se fueron a dormir.

Cuando Periquín se levantó al día siguiente se sorprendió mucho al ver que las habichuelas habían crecido durante la noche y las ramas se perdían incluso de su vista. Periquín empezó a trepar por la planta y llegó a un país desconocido. Entró en un castillo y vio a un malvado gigante que tenía una gallina que ponía un huevo de oro cada vez que él se lo ordenaba. Esperó a que el gigante se durmiera, cogió la gallina y escapó. Bajó por las ramas de las habichuelas y entró en la cabaña.

Su madre se puso muy contenta. Fueron vendiendo los huevos de oro y vivieron tranquilos mucho tiempo; pero la gallina se murió y Periquín tuvo que trepar por la planta nuevamente hasta el castillo. Se escondió detrás de una cortina y observó al dueño del castillo, que contaba monedas de oro que sacaba de un bolsón.
En cuanto el gigante se durmió, Periquín cogió el talego de oro, corrió hacia la planta y bajó a su casa. Así Periquín y su madre tuvieron dinero para vivir mucho tiempo.

Pero un día el bolsón del dinero se vació. Periquín volvió a subir las ramas de la planta y vio al ogro gigante guardar una cajita que, cada vez que la tapa se levantaba, dejaba caer una moneda de oro.

Cuando el gigante salió, Periquín cogió la cajita y se la guardó. Desde su escondite vio Periquín que el gigante durmió mientras un arpa tocaba sola, sin que ninguna mano golpeara sus cuerdas. Periquín aprovechó, cogió el arpa también y comenzó a correr. Pero el arpa era mágica y empezó a gritar:

   -¡Eh, señor amo, despierte usted, que me roban!

El gigante se despertó sobresaltado y salió corriendo detrás de Periquín. Éste a toda prisa, cogido de las ramas empezó a bajar. Observó que el gigante también le perseguía y se le ocurrió una idea. Gritó a su madre:

   -¡Madre, tráigame el hacha, me persigue el gigante!

La madre le llevó el hacha rápidamente y Periquín cortó el tronco de la planta de habichuela. El gigante se estrelló y Periquín y su madre vivieron felices con las monedas de oro que caían de la cajita.

*Habilidades que se trabajan: Este cuento adaptado a cuento motor puede ser muy productivo, pues se pueden trabajar todo tipo de habilidades; desde: Trepar, correr, agacharse, saltos, mímica, movimientos de brazos y piernas como el corte con el hacha…etc. Se pueden ir añadiendo todas las variantes y modificaciones que queramos (incluso alguna historia o reto cooperativo, en el que todos tengan que conseguir algo, yendo de determinada manera…en fila, conseguir entre todos coger algo,…etc.). También se podría incluso trabajar la orientación con un mapa o gymkanas.

Estableceríamos la animación como parte principal motora de desarrollo y una parte final de vuelta a la calma con ejercicios de relajación. Además añadiríamos música en cada fragmento.


*En este ejercicio nuestra compañera Maryam también ha colaborado en su realización. Gracias!

1 comentario:

  1. Vale, aunque no habéis concretado que actividades físicas trabajarías concretamente en cada parte.

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